La mañana que el director de RRHH de mi empresa me hizo partícipe de mi incorporación a un programa de desarrollo directivo pensé “otra carga más para la agenda”. Ahí conocí a Kutxo, y el haber trabajado con él durante varios meses supuso un antes y un después en la forma de relacionarme con mi equipo y con mi entorno personal. La confianza que transmite, su capacidad de análisis, la franqueza de sus opiniones y la inteligencia con que maneja los tiempos y las formas para sacar lo mejor de cada uno me hicieron disfrutar de las sesiones y que hoy pueda seguir avanzando en mi desarrollo como directivo y como persona. Gracias Kutxo.